El pasado día 21 de abril, fue una jornada de puertas abiertas en la Biblioteca Nacional de España (BNE). Se creó en 1712 con el doble objetivo de fomentar los estudios en los súbditos del reino, y de aglutinar las bibliotecas de los nobles emigrados que luchaban en la guerra en apoyo de Carlos de Austria.
En 1716, por Real Orden de 15 de
octubre, se establece que toda persona que costease en España la impresión de
libros y papeles, ya fuese autor, impresor o editor, estaba obligado a entregar
a la Biblioteca Real, (el antecedente de la actual BNE que toma su nuevo nombre
en 1836 y pasa a depender del gobierno), un ejemplar encuadernado. Gracias a esta Real Orden, ratificada
en 1896, junto con la posterior
creación del Depósito Legal en 1958, se han registrado en el último año, cerca de 1.000.000
de nuevos documentos. En la actualidad se custodian más de 28 millones de
publicaciones entre libros, revistas, mapas, grabados, dibujos,
partituras, folletos, etc.
Las bibliotecas tienen algo de
enigmático, de misterioso… y de oculto.
Los legajos, volúmenes, libros e incunables (libros impresos antes del
Domingo de Pascua de 1501) que entre sus paredes y estantes se guardan,
atesoran tantas y tantas palabras,
que las imagino salir de sus páginas para escenificar en los largos pasillos,
pasiones, guerras, aventuras y duelos. En cada hoja una historia, un sentimiento, una razón que, en
conjunto, constituyen el esqueleto de lo que somos y de lo que seremos.
Nea, la protagonista de nuestro
libro, es bibliotecaria archivera. Cuando escribes, entras en la piel del
personaje, paseas con él, vives en
él, conversas con él. En los primeros capítulos de la II parte de la
novela, imaginé a Nea entre las
paredes de la biblioteca, de la BNE, declarada Monumento Histórico Artístico en el año 1983.
En homenaje a nuestra
impresionante Biblioteca, la de todos, os dejo con el siguiente vídeo. Se trata de un enlace a una página de
RTVE conmemorando el tricentenario de la institución más
antigua de nuestro país, en el que,
Mario Vargas Llosa, Miquel Barceló
y Ana María Matute, nos guían por las entrañas del edificio. El vídeo podéis verlo pulsando en la foto que aparece al final de este texto. Tiene aproximadamente una hora de duración pero, sinceramente, creo que es magnífico.
Fachada Principal de la Biblioteca Nacional |
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