¿Recordáis? La protagonista principal en Desde mi Ausencia es bibliotecaria, y
quienes han leído la novela habrán comprobado su interés, su afición, su apego,
su profesionalidad en el mundo del libro. Sí: EL MUNDO DEL LIBRO, porque el
libro es un mundo, no sólo en su interior sino en su envoltura externa. Es
cierto que en nuestra época va ganando adeptos el formato electrónico, porque
ahorra espacio y es más barato. Sin embargo, yo me inclino por el libro
clásico, tradicional, con sus pastas, con sus hojas, con sus dibujos… Entrar en
una librería antigua y curiosear sus estantes, palpar la materialidad de los
volúmenes, aspirando el olor a sabiduría, a imaginación, a originalidad, a
fantasía, a ilusión es para mí un verdadero deleite.
Por eso, permitidme que os recomiende la exposición
titulada Grandes Encuadernaciones en las
Bibliotecas Reales (SXV-XXI). Se la recomiendo especialmente a los amantes
de curiosidades, sobre todo relacionadas con el libro. Además, el entorno no
puede ser más sugerente, así como el montaje, diseño y acondicionamiento de los
espacios. Tiene lugar en las salas de exposiciones permanentes del Palacio Real
de Madrid, donde se expondrá hasta el 2 de septiembre del presente año. Tiempo
tenéis, pues, para disfrutar de ella. Además, muy pronto las exposiciones no
permanentes se trasladarán de ubicación, y perderéis la oportunidad de conocer
esta parte del palacio, la imagen del Campo del Moro desde las terrazas y
balcones, la sensación de cruzar el gran patio por la puerta de la Armería, con
la catedral enfrente recortándose contra el cielo.
Por otro lado, es interesante observar la belleza de
las chimeneas de mármol de cada estancia, las espléndidas arañas que cuelgan
del techo, las bóvedas, las pinturas, tallas, tapices, relojes, mesas, sillas y
sillones, platos, relicarios, cajas de plumas, objetos personales, tejidos…
Todo, hasta el más pequeño detalle, revela un gusto exquisito y una gran profesionalidad
por parte de los que han trabajado en ella para que podamos disfrutarla.
La exposición nos ofrece por vez primera un
extraordinario tesoro de encuadernaciones, conservado en las bibliotecas de
algunos de los Reales Sitios: el Palacio Real de Madrid, así como los
Monasterios de El Escorial, la Encarnación, las Descalzas y las Huelgas. En
ella se muestra la encuadernación como un elemento más del lenguaje de la
Corte, dado que representa e a una persona o una institución, individualizando
la propiedad como un bien inconfundible. Encontraréis en sus vitrinas y
estantes encuadernaciones muy lujosas, pero también comunes –como las de
pergamino-, en un perfecto equilibrio. Así, con ejemplares magníficos,
excepcionales, alternan, por ejemplo, libros de literatura infantil, propiedad
de la reina Victoria Eugenia, esposa de Alfonso XIII, que también leyeron sus
hijos.
Para no extenderme, acabaremos con algunos
interesantes párrafos sobre el contenido de la exposición:
“Las funciones
que desempeñan los libros en la vida de la Corte son eje esencial de la
biblioteca real. La representación y escenificación de determinadas ceremonias
inspiran el tipo y diseño de encuadernación y se refuerzan con el recurso de
las marcas de propiedad, escudos y otros símbolos (…) El interés de estas
encuadernaciones es muy alto: el estudio de su estructura revela diferencias
geográficas, técnicas y económicas, y permite reconstruir el largo proceso de
un impreso desde el taller de imprenta hasta la librería (…)
El uso de
técnicas decorativas concretas en la encuadernación aporta a los libros un
carácter homólogo y diferenciado: Hierros, cortes y papeles, o pastas
marmolizadas, son los procedimientos más habituales. Las bibliotecas reales
emplean técnicas decorativas lujosas y diferenciadas para crear la unidad
óptica perimetral perfecta. La encuadernación de cámara se aplica por igual a
impresos valiosos y corrientes o a manuscritos contemporáneos o históricos. Su
contemplación en conjunto les devuelve su perfecto sentido. Al admirar algunas
de las encuadernaciones regias, se evidencia el esfuerzo de sus artífices por
alcanzar un ideal donde reunir la eminencia técnica y el esplendor artístico
(…) Los cortes dorados, labrados y miniados son otros de los recursos del
enriquecimiento de los libros y, también una técnica de preservación contra la
suciedad (…)
Desde Isabel I
hasta la reina Sofía, algunos de los libros que han formado las colecciones
privadas de los reyes de España muestran cómo se han ido interpretando sus
cubiertas para identificarlos con sus propietarios y acomodarlos a un lenguaje
estético preciso y siempre vanguardista.
De verdad: ¡No os perdáis algo tan singular!