La
voz del silencio está presente, sin estarlo, en nuestro blog. Porque, hasta ahora,
únicamente han hablado los autores. ¿Y saben ustedes lo que me han dicho en
confianza? Sí, lo han adivinado:
me han confesado que no les gustaría sentirse tan solos frente al silencio, que
agradecerían que los amigos, seguidores y simpatizantes, incluso los que se
asoman por simple curiosidad al blog, intervinieran para hacerlo más dinámico,
para romper el rítmico y monótono toma y daca, mano a mano.
Por favor, anímense… Pasen y vean… Pueden
entrar hasta la cocina, pedir un vaso de agua, sentarse en el sofá, asomarse a
la terraza, utilizar el teléfono... ¡Están en su casa! ¡Están en su blog!
Queridos amigos y amigas, permitidme que os
tutee para sentirme más cerca: nos hacen falta vuestras palabras. Sabemos que
entráis en el blog, pero guardáis un prudente silencio, un tímido silencio,
como si temierais molestar. Cada una de
nuestras entradas admite vuestros comentarios. ¡Los estamos esperando desde
el primer día! Tal vez, en el momento en que alguien se anime a romper el
hielo, llegará la moderada avalancha. Es sólo tirar la primera chinita al
tejado. Pasa siempre…
Además, sabemos que algunos ya habéis acabado
la novela y nos habéis confiado vuestras impresiones… No pedimos que contéis la
historia, que reveléis el final, que desveléis la intriga, sólo unas palabras
en general, valorando el interés del argumento, o el estilo, o la fuerza de los
diálogos, o las descripciones, los juegos temporales y espaciales. Nos gustaría
conocer cuál es la frase que os ha podido sorprender o impactar, qué pensáis de
la estructura, del rigor histórico, de la profundidad de los caracteres de los
personajes…Admitimos todo tipo de valoraciones, tanto resueltas a favor, como
en contra. Porque en esta vida, queridos amigos, se puede decir todo, mientras
se sepa decir. Ese es el secreto: mientras
se sepa decir.
¡Mención especialísima y
agradecimiento sumo…
A quien rompa el sonido
del silencio!
¡Hagan juego, señoras y
señores!
Alea iacta est!
Ramón, y Esperanza, ¡enhorabuena por haber culminado esta hazaña, de escribir un libro a cuatro manos! Sobre un tema tan hondo, y valiéndoos de recursos literarios audaces, por lo que he leído. Yo sería incapaz de hacer algo así, pero habéis explicado muy bien cómo se consigue.
ResponderEliminarEspero leerlo pronto. Saludos y feliz 2012.
Una preciosa comparación la de la novela a cuatro manos. Tocar el piano a cuatro manos es muchas veces un caos de manos pasando de un lado a otro, pero es muy grato. Apenas he empezado la novela, pero no puedo distinguir en ella dos estilos diferentes. Más bien, parece toda entera un mismo modo de escribir uniforme. Está muy logrado. De la autora puedo ver algunas características que ya conocía de sus otras novelas, y claro, de Ricardo no he leído nunca nada, pero aún así es todo armonioso. Enhorabuena.
ResponderEliminarAun salvado tu error, pues soy Ricardo y no Ramón, me ha encantado ver tu entrada, no sólo por tus palabras de aliento sino también por venir de quien viene, una luchadora. Una escritora incansable y de éxito con varias novelas publicadas. Muchísimas gracias M.
ResponderEliminarGracias Juanjo por tu aportación. Cuando dos autores escriben, la mejor crítica posible es que el lector no sepa distinguir a uno del otro y todo por beneficio de la propia novela. Esperamos que te animes a dejar tu aportación una vez que la hayas leído completa y que mantengas estas mismas sensaciones positivas.
ResponderEliminarUn abrazo