Encontré una foto de los profes perdida en un álbum, amarilla y ajada. Se
la enseñé a Ricardo y reconoció en mi imagen a aquella profesora de los zapatos
de tacón y la pulserita en el tobillo, la de la falda negra y la blusa blanca.
Y me preguntó si podía insertarla en el blog, porque con toda seguridad
despertaría el interés en muchos alumnos y alumnas. No nos equivocamos: a la
página de Facebook y a mi correo particular me han llegado multitud de
comentarios, de valoraciones. Sin embargo, si a día de hoy no ha variado la
situación, en nuestro blog sólo ha habido un valiente que haya hecho un simple
comentario a la fotografía: Luis. Y digo valiente porque, tras lo que estamos
viendo, es una realidad que las personas tienen miedo a escribir, les asusta el
papel en blanco. Prefieren hacer un comentario espontáneo y natural a exigirse
un par de líneas que se obligan a releer. Vade retro!
En una de mis entradas al blog os pedí participación, pero no quiero
forzaros a nada. No obstante, ¿alguien me puede decir, y si quiere con el
mínimo número de palabras, por qué envía comentarios a la página de Facebook y
no se atreve a hacerlo en el blog? Tengo verdadera curiosidad y os rogaría una
respuesta. ¡Total nada! Es casi, casi como pediros un litro de sangre para
hacer morcillas. ¿Es acaso porque veis el blog como un mano a mano cerrado?
¿Tal vez porque os parecen muy elaborados nuestros escritos? ¿Es quizás que no
lo encontráis cercano? ¿Se trata de que es un poco pesado el procedimiento que
hay que seguir para insertar un texto? ¿O, simplemente, os da miedo, respeto,
resquemor, aprensión no estar a la altura? Pero, ahora que me doy cuenta… ¿para
qué pregunto, si no me vais a contestar más que un par de valientes, como mucho…?
Ricardo y yo queríamos un blog dinámico, vivo. Crujiente, si cabe, como
un bollo recién hecho. Echamos de menos vuestra frescura y espontaneidad al
hacer un simple comentario. Sabemos que entráis en el blog, que os suscribís…
Pero…
Probaré ahora una nueva estrategia: la de la prohibición, a ver qué
pasa:
Amigos y amigas, no me contestéis… No escribáis. No digáis nada. Ni una
sola palabra.
Silencio, por favor, que empezamos la clase para semimudos…
He terminado la novela, lo acabo de hacer, y me ha encantado y sobrecogido por igual, me tiene un poco loco el final, no me lo esperaba.
ResponderEliminarEspero un poco más para hacer una crítica de verdad, por ahora baste saber que me ha gustado bastante.
Eso, y que me gusta la táctica de la prohibición. A ver si funciona.
Hola Esperanza,
ResponderEliminar¡Qué ilusión volver a saber de ti después de tantos años! yo creo que lo de participar en facebook o en el blog se puede asimilar a participar en clase, facebook es como cuando lo haces seguro, desde tu asiento, contestas porque sabes la respuesta, participas arropado por más gente de igual a igual. En el blog, te "enfrentas" al creador y a la gente que puede juzgar tu comentario, es más como cuando te sacan a exponer a la pizarra, sabes lo mismo que desde tu asiento pero tienes a un público pendiente de ti.
Un abrazo y enhorabuena por el blog (en cuanto pueda me haré con la novela y te contaré qué me ha parecido)
Ya he vuelto, y tengo algunas observaciones que hacer sobre la novela:
ResponderEliminarPara empezar, me ha gustado bastante, es entretenida, tiene su intriga y tiene un argumento con el que es consistente y sin fisuras en ese respecto. No se nota una diferencia de estilo entre los dos autores, eso es muy loable, y el final me sorprendió.
Ahora, pasando un poco a lo que, en mi opinión, son defectos, creo que en algunas respuestas el lenguaje de los personajes es demasiado cuidado y correcto, es poco coloquial para lo que son diálogos diarios. Los personajes son un poco planos, es decir, el artista apasionado y la fría bibliotecaria, y aún así se te hacen entrañables, así que en el fondo es un punto a favor... Por último, el nasciturus. Sus intervenciones son buenas y necesarias, además introduce otro narrador diferente, pero a veces se vuelve repetitivo y excesivamente melodramático.
En resumen, tiene sus defectillos, por supuesto, pero me ha gustado mucho y me parece una buena novela fácil de leer y agradable. A propósito, perdonar los errores que pueda cometer... ¡llevaba tanto tiempo sin leer en español!
Gracias otra vez por tu opinión Juanjo. Son este tipo de comentarios los que nos hacen ver un punto de vista tan importante como es el del lector. En relación al nasciturus, probablemente tengas razón. Nosotros mismos hicimos una importante criba de las intervenciones de este personaje en la novela y, aún así, no parece que fueran suficientes a tenor de lo que comentas. Lo tendremos muy en cuenta.
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