Este no es mi blog, ni el de Ricardo, ni el
de los dos. Lo es, pero no lo es. No, no vengo a marear la perdiz con un juego
de palabras ni con una adivinanza. Lo que vengo a deciros es que nuestro blog
es también de todos vosotros, de los que entráis asiduamente, o de vez en
cuando; de los que entráis por primera vez a echar una ojeada, pero luego
volvéis otro día a daros una vueltecilla, de los que participáis con un
comentario, o con dos, o con tres (propondría que a esta clase selecta se la
incluyera en el apartado “Socios de Honor”, o que a sus distinguidos miembros se
les impusiera solemnemente una medallita de “Hijos Predilectos”). No sé qué
distinción os parecería mejor…
Dejemos eso, porque hoy lo que vengo a
deciros es que, si os apetece, os suscribáis, y lo mismo a nuestra página de
facebook (www.facebook.com/Desdemiausencia ), si es que aún
no lo habéis hecho.
Os confieso que todos los días entro y me
pongo a contar el número… Recuerdo que, cuando empezamos, estaba deseando
llegar a diez, y en el momento en que se consiguieron -que fue enseguida- me
dio por pensar en Diez Negritos… Y, claro, estaba deseando superar el
número, llegar por lo menos a doce. ¡Una docenita de amigos suscritos no estaba
nada mal! Pero, cuando se contabilizaron, se me fue el pensamiento a Doce
del Patíbulo y, la verdad, no me
convencía quedarme ahí. Así que
decidí dar un salto a cuarenta. Me
parecía un número respetable para empezar. Sin embargo, amigos y amigas, mi
afición por los cuentos infantiles me trajo a la memoria Alí Babá y los cuarenta ladrones, y eso me dio risa: Alí Babá, por
lógica, tendría que ser Ricardo, pero en el fondo no me parecía adecuado… Y no
sólo lo digo por él -que estaría muy gracioso con su turbante de seda-, sino porque
en el grupo de amigos suscritos hay hombres y mujeres, así que decidí que mejor
llegábamos a los cincuenta, para seguir subiendo, subiendo…
Lo que temo es que alguien asocie este número
a un título de una obra de teatro, o de una película, o de una canción, o de un
libro en donde haya una connotación negativa… Francamente, por mucho que lo
pienso, no me acuerdo de ninguna… Así que, si os parece, ¡¡¡vamos por los
cincuenta!!! Anímense, futuros suscriptores. Somos un grupo de amigos pacíficos
y agradables y no sólo hablamos de literatura mediante textos serios y doctrinales,
también nos va el escrito desenfadado, natural, espontáneo… Como el que os dejo
aquí ahora, por ejemplo.
Si no os gusta esta línea, me lo decís, ¿de
acuerdo?
¡A mandar!
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